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Mostrando entradas de marzo, 2021

Picasso y Hemingway en anécdotas taurinas.

La pasión por los toros los reunía. Picasso los  descubrió en su muy temprana infancia con no más de seis años y de la mano de su padre ; Hemingway, ya un veinteañero, durante la primera corrida de su vida en Sevilla, durante el Corpus Christi de 1923 . Para ambos se convirtió en una pasión que les duró toda la vida y recorrió sus obras respectivas de manera indeleble. Corrida de toros. Pablo Picasso. 1934 Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid  ©Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid John Richardson, biógrafo de Picasso deja evidencia sustancial del asunto al afirmar que: Picasso me confesó una vez que la mayoría de sus dibujos alusivos a los toros, los toreros y las corridas, los había pintado en domingo. La razón, había dicho él, era que aquellas tenían lugar ese día, y cuando el no podía asistir porque estaba en Paris o en otro sitio,  las conceptualizaba de tal modo Con Hemingway el amor por el arte taurino sucedió a primerísima vista. Sus primeras impresiones desde  la inaugu

Cézanne en Hemingway. Sus influencias pictóricas en la concepción del paisaje narrativo hemingwayano

Hemingway, alguna vez, medio en broma o quizás en serio, qui lo sa, llegó a afirmar que de no haber sido el narrador que fue, hubiera querido ser pintor (2).  Y es que su gusto personalísimo por las obras de Miro, Masson o Juan Gris-todos sus contemporáneos-, de los cuales tenía cuadros, o su inmensa cercanía a Picasso y Fernand Leger, es un hecho trascendental que influyó decisivamente en su formación intelectual.  The Bare Trees at Jas de Bouffan. 1885. The National Museum of Western Arts Pero en ningún caso, sin que llegaran a ser una influencia en sus creaciones literarias, y por ende inevitables alusiones a esos pintores modernos y contemporáneos, o a algunos también fuera de tal periodización, como pudo ser el caso del célebre creador renacentista Mantegna(3). Amén de otras preferencias por autores de la talla de un Greco o un Goya, cercanos en su inevitable accionar a escenarios de la España que amó con incondicionalidad. Sin embargo, la proximidad admirativa del Hemingway narra