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Mostrando las entradas etiquetadas como Ernest Hemingway

La espiritualidad hemingwayana. De las huellas del iceberg a la contemplación del Misterio.

Ernest Hemingway continúa siendo uno de esos escritores-enigma a los que la   literatura de todos los tiempos le prodiga una especial atención. Hay, además, en todo estudio serio a su obra una singular triada de respeto/admiración/envidia que, a veces, es difícil desligar del verdadero sentido crítico, efecto que por demás tiene que ver con las preferencias o antipatías de sus críticos. Nos sigue quedando claro que al final se le admira de cualquier modo.                 Shutterstock | Kristina Tsvenger Lo del escritor-enigma, si es que el término tiene que ver más con la notoria sensación de los desconocido de su propio corpus literario, que con esas facetas que el escritor-personaje valida a lo largo de todas sus creaciones, y que muy bien ejemplifica su teoría siempre sugerente del iceberg  [1] ; es otra posible ambigüedad, donde lo espiritual es la terra incognita, y que ahora nos proponemos re-descubrir en el presente ensayo. Hemingway no es reducible a una u otra corriente es

The Strange Country: Un relato poco conocido, desgajado de Islas en el Golfo

Reconozco que la proximidad a este texto segregado de la que a no dudarlo, es la novela más autobiográfica y la más cubana de Ernest Hemingway: Islas en el Golfo, nos acerca por coordenadas bien específicas al relato mayor que es la propia vida, oportunamente ficcionalizada, de ese invaluable narrador. A lo largo de este mega-relato, que comprende unos cuatro capítulos, somos testigos excepcionales del cómo y el porqué de la gestación de lo que fuera luego la novela de marras.  The Strange Country. Ernest Hemingway     Los críticos piensan que Hemingway   desechó el material, justo cuando su futura y póstuma novela, cambió por su mano de norte, mientras trabajaba en ella en dos intervalos distintos de tiempo: 1946-1947 y 1950-1951. Sin embargo, los nombres de los personajes de este relato son reusados   por el autor en lo que sería la versión definitiva de la novela que conocemos, lo que no es óbice para que este texto goce de una   “unidad e integridad” [1] que nos pone en rel