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Ernest Hemingway. “¿Un católico mudo?”

De la espiritualidad presente en la obra literaria de Ernest Hemingway hay mucha tela por dónde cortar, pero aún hay más en torno al tan debatido tema su filiación o no a la fe de la Iglesia Católica. Desde uno u otro ángulo, y cualquiera haya sido la postura final del colosal narrador norteamericano al respecto, siguen vigentes detalles y revelaciones casi legendarias que aluden a su bautizo en 1918, o a su matrimonio católico con su segunda esposa en 1927. Su trágica muerte por la vía del suicidio, ha sido quizás uno de esos detalles que oscurecen aún más la postura de fe del mas grande narrador norteamericano del siglo XX. Ernest Hemingway posando en la popa del bote de un amigo, hacia 1929-32.   JFK Library Nacido en el seno de una familia protestante. Sus  padres eran personas de gran devoción rayana quizás en una postura de lo más tradicionalista posible, que quizás influyó mucho en la futura concepción  religiosa de un Hemingway maduro. El Dr. Clarance E. Hemingway, (su pad

Hemingway y los avatares de su cuestionada fe religiosa

Un amigo me ha preguntado hace poco por la filiación o no en materia de fe, y creencias religiosas de Hemingway.  Sobre el polémico tema se han expresado tirios y troyanos, y creo nadie parece ponerse de acuerdo con el final. Lo cierto es que no faltan evidencias que lo imbrican en uno u otro momento de su vida a uno o a otro credo, o a ninguno al final, circunstancias que ciertamente muchas veces han llevado a especulaciones tan disparatadas como ubicarlo entre los practicantes de los cultos sincréticos de origen africano, por aquello de que, habiendo afincado su casa entre nosotros, tan cerca de la mítica Guanabacoa, todo podía suceder… © BBC/Ernest Hemingway Collection Por ello es que, para mejor entender ese recorrido suyo por una u otra denominación, lo mejor es empezar por el principio, cuando con apenas tres meses de nacido, Ernest Miller Hemingway, recibía el bautismo en la Primera Iglesia Congregacionalista de Bear Lake, a la que pertenecían sus padres, el primero de octubr

Un amable recuerdo de Finca Vigía: Palabras liminales de John, Patrick y Gregory para The Finca Vigia Edition

Las coordenadas de la memoria cubana, de los tres vástagos de Ernest Hemingway, en esta completísima recopilación de los cuentos cortos de su padre . [1] Hemingway con sus dos hijos menores (Patrick, izquierda y Gregory) y tres de los primeros gatos cubanos de Hemingway (Will, Princessa y Boise), en Finca Vigía, a fines de 1942 o principios de 1943. (Biblioteca JFK). La cercanía a este monumental volumen, que reúne   la colección   definitiva de los relatos cortos de Ernest Hemingway, se ha verificado desde el original en Inglés, editado en 1998, lo que sin dudas, ha sido un lamentable hándicap para los que desearían acercarse desde las posibilidades de una traducción. Por ende, también estas rememoraciones que hoy nos ocupan, han quedado restringidas a los ojos de los lectores avezados en esa lengua de origen. Pretendemos pues develarlas como gesto imprescindible de compartir tan necesario acervo con los lectores de habla hispana. Las memorias aluden en primera instancia a las p

Una habitación al lado del jardín, otro relato inédito hemingwayano que ve la luz

La noticia de la publicación de un relato hasta aquí desconocido de Hemingway: A Room on the Garden Side   en la revista literaria norteamericana The Strand Magazine , nos pone otra vez en sintonía con el tema siempre recurrente de los inéditos hemingwayanos, que al decir de la fuente  [2] que citamos durmió el sueño de los justos en la papelería que atesora la Biblioteca John Fitzgerald Kennedy de Boston , hasta su reciente publicación. Como aquel texto, otros tres esperan prontamente ser develados por vez primera y son a saber igualmente relatos cortos:  Indian Country and the White Army , The Monument,  and The Bubble Reputation , un cuarto relato The Cross Roads , ya había sido publicado con anterioridad. Todos los citados junto con el que nos ocupa de inicio, fueron completados en el año de 1956 [3] , y confiados a su editor Charles Scribner Jr, con la recomendación expresa que no fueron aireados hasta después de sus muerte. [4] En aquella comunicación a su editor Hemingway

Pauline Pfeiffer y Hemingway en La Habana.

La primera vez juntos en los ambientes habaneros data de 1932. Hemingway ya había descubierto el impecable azul profundo de la Corriente del Golfo en las mismísimas proximidades marítimas de la ciudad, un poco más allá de haber cruzado el mítico peñón del Morro. Igualmente su presencia en el ambiente habanero no escapaba a la atención de la prensa en Inglés, que se editaba en la capital cubana de manos del diario  Havana Post,  que alguna de sus ediciones de la mañana ya había referenciado un atractivo titular: “Ernest Hemingway de vuelta a su escenario de pesca cubano” [1]  Hemingway y Pfeiffer en el Café del Prado, Julio 21, 1934. Cumleaños de Ernest Hemingway. La presencia de la pareja era por entonces la comidilla también de la jet set de la época, y en especial, a una dama de cierto renombre, visible muy ciertamente entre las luces y las candilejas de la highlife   habanensis ; pero igual amante sin igual de las rudas y movidas lides de la pesquería de altura off the Morro : Jane

Martha Gellhorn en Finca Vigía

La relación sentimental de Hemingway, con la que sería su tercera esposa, la también periodista y escritora Martha Gellhorn, ha sido trabaja con gran intensidad por muchos de los  mejores connosieurs de la biografía hemingwayana. Ernest Hemingway y Martha Gellhorn. Una reciente incursión por uno de esos admirables estudios: The Hemingway Women de una voz  tan bien autorizada en el tema como la de la norteamericana Bernice Kert, nos permite esta proximidad a la presencia cubana de Martha durante su breve matrimonio con Papa en su casa de Finca Vigía. La primera visita de Martha a la Habana sucedió en abril de 1939. Por entonces Hemingway dedicaba cinco y seis horas diarias a la que sería su novela estrella: Por Quién Doblan las Campanas, la inmejorable crónica novelada de su permanencia junto a las tropas republicanas, y junto a Martha, en los afanes de la Guerra Civil Española. Los detalles más sugerentes de esa primaria y no permanente estadía e la capital cubana la recreamos desde